jueves, 19 de diciembre de 2013

Emociones positivas: qué son y por qué son tan importantes. Evidencias científicas.

¿Para que sirven las emociones positivas?



Uno de los principales efectos derivados de experienciar afectos positivos, quizás el más importante, es la utilidad vital a corto y a largo plazo de las emociones positivas, basándonos en el concepto de Barbara Fredrickson (Fredrickson, 2005). Es decir: vivir emociones positivas y, sobre todo, ser capaz de crear uno mismo actividades y formas de ver el mundo que nos lleven a vivir emociones positivas, supone una serie enorme de beneficios para nosotros. Nos beneficia en lo intelectual, en lo atencional, en lo físico: incluso, vivir emociones positivas está relacionado con vivir más años.


Pero, primero: ¿Qué son las emociones positivas?




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¿Vivir con regularidad emociones positivas está relacionado con vivir más años?

Así es. Veamos qué efectos (algunos de ellos, hay muchos más) tiene vivir emociones positivas en nuestra salud:







Otro beneficio: las emociones positivas amplían nuestros recursos.

¿Amplían nuestros recursos? Así es.

Las emociones positivas tienen la gran utilidad de ampliar nuestras colecciones de pensamientos y conductas. Es decir, añaden nuevos aprendizajes y nuevos recursos en nosotros, de modo que para el futuro tengamos más opciones para solucionar problemas, por un lado, y más modos de disfrutar con nuestras actividades placenteras y positivas.

Por otro lado, vivir emociones positivas también nos hace construir depósitos, inversiones, de recursos afectivos, sociales, etc, disponibles para ser usados cuando los necesitemos (como momentos de un trance difícil o problemas interpersonales, por ejemplo). En otras palabras: la Teoría de Construcción y Ampliación de las emociones positivas propone que éstas son capaces de amplificar y extender las capacidades atencionales de las personas (Derryberry y Tucker, 1994; Rowe, Hirsh y Anderson, 2007), de expandir sus procesos cognitivos y consecuentemente de incrementar el repertorio de recursos intelectuales y sociales de las personas que las experimentan (Fredrickson, 2005); así, las emociones positivas posibilitan ampliar el contexto cognitivo: el repertorio de pensamientos y conductas del que se dispone y permite poseer mayor creatividad a la hora de elaborar planes de acción.

Existe evidencia científica de que la vivencia de emociones positivas flexibiliza los patrones y esquemas de pensamiento, haciéndolos más creativos y sujetos a feedback externo (Isen, 1987), y formando, por tanto, depósitos o reservas psicológicas que permiten la posibilidad de desarrollo y crecimiento personal (Fredrickson, 2001).

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Las emociones negativas, como miedoiradisgusto, conducen a un estrechamiento de la atención y de la percepción que se manifiesta en una conducta rígida: o se huye de la situación o se confronta. Las emociones positivas, en cambio, conducen a una mayor flexibilidad cognitiva y amplían el rango de comportamientos posibles. Ya que en muchas personas que acuden a un tratamiento psicológico se se observa una ocasional rigidez cognitiva y de comportamiento, y una presencia situacional de volatilidad emocional, es totalmente recomendable trabajar terapeúticamente en el concepto de que las emociones son por naturaleza fenómenos temporales restringidos, vienen y van, pero que las conductas y las formas de pensar que se siguen de experienciar emociones positivas son recursos de comportamiento estables y duraderos en el tiempo; recursos, habilidades personales expandidas, que almacenamos durante mucho tiempo.

Broaden


Otros beneficios resumidos:




















Y, quizás, el beneficio más importante que tienen las emociones positivas en nosotros:


















Cita bibliográfica para curiosear: 
Fredrickson, B. L. (in press). Positive emotions broaden and build. In E. Ashby Plant & P.G. Devine (Eds.), Advances on Experimental Social Psychology, Volume 47.




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