miércoles, 5 de febrero de 2014

El sentimiento positivo de haber sido migrante


Empiezo detallando el título: el sentimiento positivo de haber sido migrante. Estoy hablando en pasado: "haber sido en el pasado migrante". En el pasado, fuimos migrantes. ¿Y ahora? ¿Es justo y real seguir denominándonos así? ¿Puede haber otro término más ajustado a la realidad de llamarnos entre nosotros? Puede haberlo: “Personas con dos culturas”.

Esta es una primera cuestión interesante para plantearnos. Si nos consideramos a nosotros mismos como “migrantes”, podemos estar etiquetándonos como personas “todavía viajando”, “todavía en proceso de adaptación”, “todavía... todavía”. Sí, somos personas con dos culturas: bi-culturales.







¿Qué es ser bi-cultural?

El biculturalismo representa la habilidad de mantener uno mismo componentes de su identidad nativa y poseer también, a la vez, componentes culturales del país donde uno reside. En otras palabras, específicas a nosotros: mantener nuestra identidad cultural; la identidad y los valores culturales de nuestro país de nacimiento o de referencia. Y, además, tener como propios valores y principios culturales de Holanda y de su cultura.


Puedo ser y considerarme latino en muchas ocasiones y situaciones: y ser espontáneo (por ejemplo). Y a la vez también puedo ser y considerarme holandés: y ser organizado y fiel a mi agenda (por ejemplo)”



Ah, pero... ¿tiene ventajas ser bi-cultural? 

Efectivamente, tiene ventajas ser bi-cultural. Ventajas variadas, en número y en modalidad. Nos limitaremos a nombrar algunas, de entre varias. 

Por ejemplo: biculturalism is an useful protective factor to buffer the stress of the acculturation process (Smokowski, Rose, & Bacallao, 2008); el biculturalismo es un factor de protección que podemos poseer contra el estrés que puede ocasionar en ocasiones el proceso de aculturación. La aculturación es el proceso de integrarnos en Holanda, sin perder nuestra identidad nativa y sumando otros aspectos de la sociedad y la cultura holandesas  a nuestra personalidad y nuestros valores. El camino de la aculturación que podemos vivir en Holanda puede ser (y lo es) difícil y adverso en algunas ocasiones. Pero tiene un final muy positivo: nos permite finalizar ese proceso siendo personas más fuertes y personas más satisfechas con nuestra vida. Estos resultados los conocemos científicamente: han sido probados en un reciente estudio científico.


Si te interesa ahondar y conocer más sobre el biculturalismo,
puedes consultar este artículo científico:



Vamos ahora a algo práctico. ¿El qué? Una breve técnica para desarrollar una visión bicultural. Consta de dos pasos. Veamos cada uno.


    
DESARROLLANDO UNA VISIÓN BICULTURAL



Primero. ¿Qué has incorporado a tu personalidad y a tu forma 
de vivir desde que estás en Holanda?

Esto es algo que quizás no solemos preguntarnos. El hecho de habernos planteado cambiar de país, de haber viajado, de habernos inscrito en el Gemeente, de haber comenzado a buscar trabajo, de haber solucionado esos primeros días de torbellinos burocráticos, de haber logrado establecernos y vivir dignamente aquí y un largo etcétera:

  • ¿nos ha hecho más fuertes?
  • ¿nos ha hecho crecer psicológicamente?
  • ¿nos ha permitido ser más capaces, más astutos?
  • ¿nos ha permitido ser más perseverantes, más tenaces?
  • ¿quizás somos más valientes?

No te limites a simplemente leer estas preguntas una a una. Escríbe sobre ellas. Reflexiona.
¿Qué has incorporado a tu identidad gracias a vivir en Holanda? En otras palabras, ¿qué hay de nuevo en tí, de positivo en tí, gracias a vivir aquí?.




Vamos a verlo en un ejemplo: imaginemos que estamos analizando la identidad de Diego. Un profesor de escuela, español, padre de dos hijas, amante del fútbol y residente en Holanda desde hace 3 años.

 
       El Caso de Diego: español de nacimiento. Bicultural por elección.




Vamos en detalle. Hablemos de Diego.

  • Diego se considera madrileño (español). Por ello, identifica que es una persona extrovertida y cercana. Y ello lo identifica, a su vez, con ser madrileño.
  • Diego trabaja de profesor en una escuela cerca de su casa. Pero claro, como profesor no puede ser cercano y extrovertido siempre con sus alumnos: a veces lo es, pero hay otros días en que tiene que ser exigente con sus alumnos y ser serio. Sino, no le tomarían en serio, no le harían muchas veces caso durante sus lecciones. Es decir: Diego es extrovertido y cercano en ocasiones. No siempre. También es exigente y serio. Pero no siempre. Sabe ser de un modo u otro dependiendo del contexto. Dependiendo de dónde esté.
    Como nosotros. No somos igual en el trabajo que en casa. Lógicamente. En el trabajo sabemos desplegar algunas partes de nuestra identidad para hacer que nos vaya bien laboralmente. En casa, utilizamos otras áreas de nuestra identidad, para hacer que nos vaya bien en lo familiar.
  • Diego como padre es liberal y chistoso. Le gusta hacer reír a sus dos hijas y reirse con ellas. ¿Es Diego una persona falsa? No, en principio. Diego no es falso o contradictorio, aunque tenga sentido del humor con sus hijas y su pareja, sea un profesor exigente y disciplinado con sus alumnos y sea alguien abierto y cercano.

Todo esto nos lleva a plantearnos lo siguiente sobre Diego: desde que vive en Holanda, Diego es más organizado y responsable que antes. Ha aprendido que llevar una agenda consigo, anotar sus citas y organizar sus tiempos le ha permitido tener un horario más amplio de actividades. Está satisfecho con haber aprendido de la cultura holandesa estos dos aspectos. En ese sentido, Diego se siente español y holandés. A la vez. De la misma manera que se siente padre y profesor. No es falso ni se contradice: es una persona bicultural. Con dos culturas.


Segundo. Haber pasado por dificultades al comenzar a vivir aquí en Holanda,
¿nos hace ser más débiles? ¿O más fuertes?


A veces pensamos que haber pasado momentos adversos y díficiles en el pasado nos ha convertido en personas más débiles o que nos ha desgastado, que nos ha quitado energía. Nada más contrario a la realidad: superar momentos de adversidad y percibir esa dificultad como un crecimiento nos puede permitir vernos como personas con mayor experiencia, realización, fortaleza y control (esto está comprobado científicamente: se hizo en un estudio de Tedeschi y Calhoun, en 1996).


Percibir que gracias a lo difícil que hemos vivido como migrantes que fuimos (y biculturales que somos) hemos crecido como personas también nos permite mirar al futuro sin tener miedo a nada. ¿Por qué?
  • “porque en un momento difícil he mantenido cierta calma y serenidad”
  • “porque he superado cosas mucho más difíciles”


Y esto es algo que no siempre nos sale de manera automática. A veces tendemos a olvidar qué hemos conseguido en nuestra vida. Tendemos a olvidar nuestros éxitos y a empezar enseguida a plantearnos nuevos objetivos. Esto es positivo: significa que somos personas positivamente ambiciosas, que queremos seguir creciendo en la vida... pero, ¿es positivo además recordar nuestros éxitos? Lo es. Sentirnos orgullosos de los éxitos que hemos conseguido y de los objetivos que hemos cumplido en nuestras vidas conlleva muchos beneficios para nosotros.


¿Beneficios? Por ejemplo:



Una última técnica que podemos utilizar para ser más conscientes de qué hemos logrado en nuestra vida últimamente es la siguiente:





Intenta completar de forma escrita esta tabla. ¿Cómo?


1. Se trata de comenzar recordando qué cosas has hecho en el último año (que actividades has realizado: que objetivos has cumplido).

      Si te cuesta recordar alguno, reflexiona de manera inversa:

               ¿qué objetivos tenías a principio del año 2013?
               ¿que querías a día 1 de enero del 2013 lograr en ese año?
               ¿qué has logrado, parcial o totalmente, de aquellos objetivos?.

2. El siguiente paso es rememorar un éxito digno de orgullo que realizaste en el último mes.

3. Tras ello, el paso definitivo: ¿qué has realizado hoy que te haga sentirte orgulloso?. Cuantifica del 1 al 10 tu emoción de orgullo.


En resumen:

Utilizar técnicas y tiempo para rememorar de qué estamos orgullosos en nuestra vida es algo muy beneficioso y saludable. Nos permite blindarnos, protegernos, contra episodios de una depresión. Saber quienes somos ahora y qué fortalezas poseemos aumenta nuestra atoestima: nos hace sentirnos mejor con nosotros mismos. Conocer que no hay nada falso en ser en nuestra identidad mexicano, español, argentino, colombiano o venezolano (y etc) y ser también holandés nos permite estar más satisfechos de nuestros valores y nuestra forma de ser. Nos motiva para seguir adelante en la vida. Nos hace ser personas con más energía y mayor empuje para seguir conquistando nuestros sueños.







0 comentarios:

Publicar un comentario